él no era
DE LOS NOBLES Y SEÑORES

En Bogotá, Obeso vivió una vida caracterizada por las angustias económicas y por constantes arrebatos de hedonismo. Uno de los versos del poema Sotto Voce muestra las dificultades económicas que padeció:
Llegado allí, por nadie conocido,
y harapos vestido,
larga pena sufrí, pobre estudiante;
pero esa vida miserable y dura
de mi actual desventura,
no vale ¡oh no!,
jamás un breve instante.
***
Extracto del poema “Sotto Voce”,
(Inédito). La Patria, Revista de Colombia.
Literatura, Ciencias, Bellas Artes, Bogotá, año segundo,
Tomo tercero, 1879. (p.225).
Biblioteca Nacional.
Obeso llevó una vida de constantes desplazamientos y ejerció variados oficios. Maestro de escuela en Sucre, segundo jefe del batallón de Cazadores en la guerra de 1876, tesorero municipal en Magangué, intérprete nacional en Panamá, y cónsul en Tous, Francia. Su permanencia en estos puestos fue efímera y, a diferencia de los escritores coetáneos, no desarrolló una carrera política importante.
Obeso fue víctima de los prejuicios raciales de la época. Una tarde se encontraba, con dos amigos, en el atrio de la catedral de la Plaza de Bolívar. El poeta estaba a gatas simulando un caballo y entonando coplas subidas de tono; uno de sus amigos iba a horcajadas encima de él y el otro le tiraba de la corbata. En ese momento pasó el político liberal Francisco Javier Zaldúa (eligido presidente en 1882) quien al ver la escena exclamó: “¡Es un macho negro!”. Obeso respondió:
¿Soy un macho negro?
¡Pues de ello me alegro!
Soy negro y soy macho,
como dice usted.
Y siempre prefierser un macho negro a ser burro blanco
como su merced.






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